El manto terrestre es
la capa de la Tierra que se encuentra entre la corteza y el núcleo (supone
aproximadamente el 87 % del volumen del planeta). El manto terrestre se
extiende desde cerca de 33 km de profundidad (o alrededor de 8 km en las zonas
oceánicas) hasta los 2.900 km (transición al núcleo). La diferenciación del
manto se inició hace cerca de 3.800 millones de años, cuando la segregación
gravimétrica de los componentes del protoplaneta Tierra produjo la actual estratificación.
La presión en la parte inferior del manto ronda los 140 GPa (unas 1.400.000
atmósferas). Se divide en dos partes: manto interno, sólido, elástico; y manto
externo, fluido, viscoso.
Composición de la capa inferior de la Tierra puede ser considerablemente diferente
Investigaciones
llevadas a cabo por los científicos dirigidos por Ho-kwang Mao, del Instituto
Carnegie, revelan que la composición química del manto inferior de la Tierra podría ser significativamente diferente de lo que se pensaba hasta el momento.
El manto inferior comprende el 55 por ciento del volumen del planeta, y se
extiende desde 670 a 2900 km de profundidad, entre la llamada zona de
transición y la frontera entre el manto y el núcleo. Las presiones en el manto
inferior empiezan a 237.000 atmósferas (24 gigapascales) y alcanzan 1.3
millones de atmósferas (136 gigapascales) en la frontera entre el núcleo y el
manto.
La teoría
predominante indicaba que la mayor parte del manto estaba compuesta por un solo
mineral de silicio con hierro y magnesio, comúnmente denominado perovskita, el
cual se creia no cambiaba de estructura en el enorme rango de presiones y
temperaturas presentes en el manto inferior. Pero experimentos recientes que
simulan las condiciones del manto inferior empleando celdas de yunque de
diamante calentadas con láser, a presiones de entre 938.000 y 997.000
atmósferas (95 y 101 gigapsacales) y temperaturas entre 2200 y 2400 Kelvin
(2473 ºC y 2673ºC), revelan que la perovskita que contiene hierro es, de hecho,
inestable en el manto inferior.
Extraño diamante
confirma existencia de agua bajo corteza terrestre
Al parecer el
escritor Julio Verne no iba muy descaminado cuando en 1864 visionó un “Viaje al
centro de la Tierra” en el que los protagonistas se encontraban un auténtico
océano en las profundidades de nuestro globo. El descubrimiento de un diamante
rico en agua ofrece nuevas pruebas sobre la existencia de grandes volúmenes de agua en las profundidades de la Tierra.
La existencia de agua
en el manto terrestre, comprendida entre la corteza y el núcleo de la Tierra,
era algo que la teoría señalaba que existía, pero tras el hallazgo de un
diamente se ha podido confirmar. El análisis de esta
extraña piedra preciosa fue encontrada en Brasil, conteniendo el mineral
ringwoodita, además de grandes cantidades de agua.
El manto terrestre se
convulsiona por la pérdida de hielo
Un equipo de
investigación internacional informó que el manto de la Tierra bajo la Península Antártida presenta una menor viscosidad, debido a cambios químicos o de
temperatura, y se mueve a un ritmo tan rápido que está cambiando la forma de la
superficie a una velocidad que puede ser registrada por el GPS. En la
superficie, la Antártida es un inmóvil y helado paisaje. Sin embargo, cientos
de kilómetros por debajo se está moviendo a un ritmo rápido, según ha
demostrado la nueva investigación.
El manto terrestre
primigenio pudo contener grandes bloques de roca
Científicos de la
Universidad de Maryland (EEUU) contradicen la teoría según la cual los
materiales estaban mezclados en el manto durante los primeros años de formación
de la Tierra. Según ellos, 20 millones de años después de la formación del
sistema solar había bloques de roca en el manto terrestre que perduraron, por
lo menos, 1.700 millones de años... Los
investigadores han analizado los datos isotópicos de dos depósitos de
komatitas, rocas volcánicas formadas por lava proveniente del manto profundo, y
aseguran que estas incluyen material de una reserva de tungsteno situada en el
manto terrestre. Según sus conclusiones, este bloque se formó 20 millones de
años después de la creación del sistema solar y duró, al menos, 1.700 millones
de años.
La corteza terrestre
en la península Antártica se eleva 15 milímetros al año
Un equipo científico
se ha puesto a medir con precisión, mediante GPS, el efecto de rebote del terreno al perder sobrepeso por la disminución de los glaciares (cuánto se eleva el suelo por el
efecto de rebote, o recuperación, al reducirse el hielo que tiene encima) y se
ha encontrado con que es demasiado para tratarse exclusivamente de este
proceso. Actualmente son 15 milímetros al año. “Este tipo de deformación de la
Tierra tan acelerado no tiene precedentes en la Antártida y lo que es particularmente
interesante aquí es que podemos ver el impacto que el adelgazamiento de los
glaciares está teniendo en las rocas a 400 kilómetros en el subsuelo”, señala
uno de los investigadores, Peter Clarke
El primer mapa
mundial de alta resolución
El
primer mapa mundial de alta resolución (imagen abajo) que muestra la frontera entre la corteza
y el manto de la Tierra – el denominado Moho – ha sido elaborado sobre la base
de datos del satélite GOCE de la ESA, dedicado al estudio de la gravedad.
Entendiendo el Moho se ofrecen nuevas pistas sobre la dinámica del interior de
la Tierra.... Por primera vez, es posible estimar la profundidad de Moho en
todo el mundo con una resolución sin precedentes, así como en las zonas donde
los datos de tierra no están disponibles. Esto ofrecerá nuevas pistas para
entender la dinámica del interior de la Tierra, desenmascarando la señal gravitatoria
producida por la distribución de la densidad desconocida e irregular del
subsuelo
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